Capítulo II

Teniendo en cuenta la buena acogida que tuvo mi anterior mail debido a la cantidad de respuestas alegres recibidas, acá va la segunda entrega de la saga. Si alguna/o no quiere recibir más estos correos por considerarlos masivos, aburridos o rompebolas, sírvase responder con el asunto "no rompás más las pelotas con historias de chinitos.com" y será inmediatamente removida/o de la lista. La realidad es que la cantidad de cosas nuevas que voy descubriendo dan ganas de contarlas... ¡y no se las voy a contar a alguien de acá!

Cumpliéndose una semana ya en esta extraña ciudad, digamos que me voy acomodando a un diferente estilo de vida. Acá la vida es ordenada y segura. Acá no se afana, por ejemplo. Nadie afana, puedo andar a cualquier hora por la calle, llevar la cámara colgando por lugares atestados de gente, dejar la bicicleta sin candado en cualquier parte. Eso es muuuy nuevo para mí. Otra cultura, pero también otras leyes. Al que las infringe le bajan la caña y fue, no hay apelación que valga.

En el laburo la gente me va conociendo, de a poco me empieza a ir bien, el sábado fue mi fiesta de bienvenida donde hice mi primera exhibición con mi compañera japonesa. Es buena onda, pero no habla una goma de español ni inglés, ella me habla en japonés y yo le contesto en castellano, así que me cago de risa. De lo que voy a hablar es de algunas cosas que me llamaron la atención:

1- Tengo 5 tachos de basura en el bulo. La basura se separa y se saca en distintos días. Recién ayer empecé a sacarla porque al principio no entendía nada...

2- Las obras en la vía pública se hacen de noche, los obreros están rodeados de chabones con la espada de la guerra de las galaxias, que aunque haya lugar de sobra para pasar igual te sacuden la espada roja mostrándote el camino. Por eso el día que llegué, que había una obra en pleno día, por ser algo excepcional habían puesto a uno para pedirle perdón a la gente. Como en Argentina, ¿no?

3- ¡Acá NADIE habla ingles! Seguro en la escuela tuvieron, pero al ser medio tradicionalistas sólo hablan su idioma, así que salir a la calle es una aventura. Anoche después de la milonga volví en taxi, un viaje de menos de 10 minutos me salió $80 argentinos... Bueno, encima acá LAS CALLES NO TIENEN NOMBRE, créase o no, es el caos dentro del orden. Así que subí y le dije "todo derecho" ¡jaaa! En realidad antes de subir aprendí a decir derecha, izquierda, derecho y acá, y así llegué, pero me olvidaba una de esas cuatro palabras y estaba frito. Encima cometí el pecado de abrir y cerrar la puerta del tacho al entrar (acá la puerta del taxi la abre y la cierra el ponja con un botoncito). No entendí lo que dijo, pero sonó a: "¡Estos extranjeros de mierrrda!"

4- ¡El inodoro se enchufa! Al costado tiene un "tablero de control" con muchos botones con jeroglíficos. Los primeros días vacilé, a ver si me castraba... Pero de a poco empecé a experimentar. Se regula la temperatura de la tabla, ¡ja! Con otro salió un fierrito que me lavó el culito, y también se podía regular la presión del chorrito. Se sentía raro... Y con otro salía una bocanada de aire caliente que me lo secaba. ¡¡¡Parááááá!!!

No quiero abrumar, asi que dejo lo que sigue para la próxima.

¡Un abrazo y saludos desde el otro lado del mundo!

Hernán

Traducciones del lunfardo:

Rompebolas: insoportable

Afanar: robar

Bajar la caña: atrapar, condenar, castigar.

Fue: perdió su oportunidad.

Laburo: trabajo

Una goma: nada

Bulo: departamento

Chabones: hombres

Estar frito: estar perdido

Tacho: taxi

Ponja: japonés

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